miércoles, 12 de septiembre de 2012

Día 6. Mora - Toledo: Preciosa tienda de bicis

Distancia: 38 km
Desnivel acumulado: 200m
Velocidad media en movimiento: 16 km/h
Porcentaje asfalto (a ojo): 60%

Hoy aunque fue una etapa corta ya se fue notando que el paisaje va cambiando. Menos pistas y algún sendero hizo el recorrido más atractivo que los días anteriores.

Merece la pena destacar que en un punto nosotros seguimos el track en vez de las flechas que marcaban por carretera y gracias a eso hicimos un par de km de un sendero rodeando las ruinas de un viejo castillo. Supongo que el camino marcaba por carretera porque en un punto del antiguo sendero alguien lo convirtió en una finca arada. Evidentemente eso no impidió que pasásemos.

Lo mejor del día sin lugar a dudas fue la llegada a Toledo. Aunque es por carretera se va rodeando la ciudad bordeando el río Tajo disfrutando de una vista inmejorable de todas las maravillas que Toledo atesora entre sus murallas.

La ciudad me ha recordado mucho a Santiago y posiblemente junto a esta sea la que más me ha impresionado de todos los caminos que he hecho. Bellas callejuelas donde perderse (literalmente) e ir descubriendo infinidad de iglesias, conventos y otros monumentos arquitectónicos. Como punto negativo a destacar lo explotado que está todo. Valga como dato representativo que para entrar e la catedral y en todas y cada una de las iglesias de la ciudad hay que pagar. Da igual si eres turista adinerado o peregrino, las reglas de la iglesia son estrictas: o pagas o no entras. Desde luego tienen claras sus prioridades y objetivos.

Nos alojamos en el albergue Los Pascuales. A pocos minutos de la catedral y en pleno casco antiguo. Buenas instalaciones, buen precio y excelente trato. Difícil de mejorar.

Como 'entretenimiento' para la tarde teníamos reparar mi rueda trasera que llegó de milagro hasta aquí con TRES radios rotos. Fuimos a la zona nueva hasta Bicicletas Jiménez. Fueros muy atentos y me repararon la rueda en el momento por un precio adecuado. Aún así entre ir, reparar y volver fueron unas dos horas de tarde perdidas.

Cuando llegamos de vuelta al albergue con intención de aprovechar lo poco que quedaba de tarde nos llévamos la sorpresa que la rueda de Alberto tenía también tres radios rotos. No tuvimos otro remedio que volver corriendo a la tienda y perder ahí el resto de lo que quedaba de tarde.

Con todo esto poco vimos Toledo y poco descansamos pero al menos podemos continuar mañana nuestro camino.

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