miércoles, 22 de septiembre de 2010

Etapa 5. Cáceres - Carcaboso (83km): El placer de ser bicigrino

Hoy ha sido uno de esos días en que doy por bueno pasar sus vacaciones levantándose a las 7 de la mañana tras dormir entre ronquidos para pedalear durante 8 horas. Dicho así parece raro y no espero que nadie que no lo haya probado lo comprenda.

En este camino estoy viviendo un espíritu peregrino que echaba en falta. En los otros caminos los peregrinos que van caminando suelen coincidir en los albergues durante varias jornadas seguidas o incluso forman improvisados y heterogéneos grupos para caminar juntos. En el francés y en el primitivo había muy pocos bicigrinos y además había pueblos cada pocos km para parar. Eso hizo que cada día viéramos gente distinta y no llegaramos a entablar amistad con nadie en especial. La vía de la plata es muy distinta. Las largas distancias entre poblaciones hacen que sea un camino hostil para los caminantes y que la bicicleta sea el medio ideal para recorrerlo. Sí en el francés veía un bicigrino por cada 20 peregrinos aquí la proporción se invierte. Hoy por ejemplo somos 17 en el albergue y sólo uno ha venido a pie.

Siguiendo con el tema del espíritu de grupo en Sevilla empezamos Alberto y yo pero a mitad de camino ya nos juntamos con Javi y sí cuñado que son de cerca de Sevilla. La segunda etapa la hicimos con Javi ya que su cuñado tuvo un problema familiar. La tercera perdimos a Javi pero sumamos a Ándoni de Girona y José Manuel y Antonio de Cádiz. La etapa de hoy ya la hicimos los 5 y hemos sumado a Luis de Barcelona con lo que mañana atacaremos el puerto de Béjar un pequeño pelotón de 6 bicigrinos.

En cuanto a la etapa en sí ha sido una gozada. A partir del Casar de Cáceres no pasamos por ningún pueblo ni carretera asfaltada (excepto para cruzar el Tajo) hasta Galisteo, 52km después. Fueron pistas rápidas con trozos técnicos y paisajes variados (desde llanuras de hierba seca hasta pinares). Como cumbre de la jornada el puerto de Castaños. Realmente ni siquiera le llamaría "puerto" sino más bien un cortafuegos casi vertical que obliga a empujar la bici como puedas durante 300 metros.

Hoy hacemos noche en Carcaboso en un pequeño albergue privado regentado por una persona mayor que nos trata como a unos niños. Es un sitio agradable y aunque no es ninguna maravilla es mucho mejor que el de Mérida y el de Aljucén.

Hoy no escribo más pues mañana toca el durísimo puerto de Béjar y hay ríe descansar. Os dejo un par de fotos: una empujando las bicis por el puerto de lía Castaños y otra de Andoni llevando un queso "torta del casar" del que dimos cuenta en uno de los descansos del recorrido

2 comentarios:

  1. Así me gusta, con buen humor y grata compañía.
    Nada, para mañana, tomar un redbull, que da alas, y listo, la etapa será comer y cantar.

    ResponderEliminar
  2. Nos tenías impacientes por la tardanza de la crónica. Conozco bien la zona, es preciosa. Seguid disfrutando. A propósito, supongo que el refuerzo que hizo tu padre para la bici funciona. Me interesa.

    ResponderEliminar