jueves, 30 de septiembre de 2010

Etapa 12. Laza - Orense (55km): Perro labrador, poco mordedor

Ayer nos quedamos a dormir a las puertas del pico de la Alberguería. En teoría es la subida más dura del camino con 500m de desnivel en apenas 5km.

En la guía indicaban que los ciclistas cogieran una alternativa por asfalto. Los 4 bicigrinos con los que compartimos albergue iban a subir por carretera. Incluso cuando pasamos por protección civil a sellar las credenciales sin preguntarselo nos dijeron que subieramos por asfalto porque el camino estaba muy mal. Tras escuchar todos estos consejos y con la experiencia reciente del duro ascenso a La Canda decidimos llamar a nuestro amigo Marcos que hizo la vía de la plata evidentemente escogimos subir por camino.

Tras tomar esta decisión intentamos dormír bien y así levantarnos descansados y mentalizados para lo que nos esperaba. Salimos con los primeros rayos de luz y poco a poco fuimos acercandonos a la falda de la montaña. La sensación era como en estas películas en que el protagonista va buscando el monstruo y sabe que en cualquier momento aparecera de repente y le atacará.

Comenzó el camino y el suelo se empinó endiabladamente. Una primera parte de rocas nos hicieron echar pie en tierra y empujar durante unos 200 metros. Ya asumiamos que los 5km serían así pero no, pasados esos 200m fuimos subiendo por caminos perfectamente ciclables más o menos empinados. Cuando nos dimos cuenta estábamos en Alberguería en el famoso bar de las conchas (ver foto).

El bar de las conchas de Alberguería es uno de esos sitios especiales que hay a lo largo del camino. El propietario te ofrece una concha para que le pongas tu nombre y la cuelga en la pared. Alberto y yo ya tenemos la nuestra.

El resto del camino discurrió por el típico paisaje gallego de corredoiras en un continuo sube y baja (exceptuando una larga recta en las proximidades de Xinzo).

La llegada a Orense fue lo más feo de la etapa. Fueron unos 15km de bajada ¡por carretera! Estamos seguros que hay caminos que se podrían haber aprovechado. Una pena.

Lo bueno de bajar por carretera es que llegamos muy temprano a Orense (sobre la una y media) y nos dio tiempo a ir a relajarnos a los baños termales de A Chavasqueira (ver foto). Fue un auténtico "descanso del guerrero" sumergir nuestras cansadas piernas en las fantásticas aguas termales volcanicas de Orense.

Finalmente fuimos al albergue municipal. Aquí una pequeña decepción. Nos habían dicho que estaba bien pero la verdad es que no. Sin microondas y con la cocina estropeada no podemos cenar nada caliente. Pensamos que la parte buena es que había secadora pero tampoco funciona. En la habitación tampoco hay enchufes con lo que hoy no podré cargar el móvil. De todas formas lo peor para nosotros es que no hay sitio donde dejar la bici y el hospitalero pretende que la dejemos en la calle amarrada a una farola. Tenemos día opciones, o esperamos a que el hospitalero se vaya y las metemos igual o las llevamos a un garaje cercano y pagamos una plaza de parking. Por 12€ dormíremos tranquilos sabiendo que tendremos ruedas y sillín al levantarnos.

Mañana tenemos una dura etapa ya que será casi toda de subida. Por encima ahora llueve. Cruzaremos los dedos para que a partir de las 8 pare porque sino será un día interminable.

Ya casi llegando a la meta me despido una vez más hasta mañana

Ulteria ét suseia

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